Un Warlock entra en un bar de Ironforge y se pide una cervecita bien fria, que siempre apetece despues de un duro dia de esclavizar demonios de otra dimensión.
Entonces entra un Paladín con su brillante armadura, y se sienta a su lado.
-¿Oye, podrías sumonearme algo de beber?
El warlock levanta una ceja y se queda mirando al Paladín..
-No, no puedo hacerte agua, amigo.
El Paladín se encoje de hombros, y despues de unos segundos, le dice:
-Bueno, ya que no puedes hacerme bebida, podrías sumonearme algo de comida ¿no? ¡tengo hambre!
-¿Que te hace pensar que, si no puedo hacerte agua, te voy a hacer comida? Tu necesitas un mago, ¡deja de molestarme!
-¡Bueno, había pensado que por una vez podrías ofrecer algo para otro que no fueras tu mismo!
Lentamente, el warlock se levantó de su asiento, echó un último trago a su cerveza, y , con toda la fuerza que pudo, le estampó la jarra en la cara al Paladín, que, al cogerlo por sorpresa, le tumbó al suelo, con una mezcla de cerveza, cristal, sangre y verguenza por toda la cara.
Impasible, el warlock se alisó la tunica mientras se iba del bar, y antes de salir dijo:
-¡Oh lo siento, pensé que podias tankear!
Vie Ago 22, 2008 4:32 am
xDD
